Hoy retomo una "ilusión" de hace tiempo. En los últimos meses se han producido diversos cambios en mi vida, sobre todo la profesional (aunque también en la personal). Desde aquel lejano año de 2002 en que terminé mi residencia en Medicina Familiar y Comunitaria y me tuve que ir a trabajar a la maravillosa tierra de Albacete (de la que no olvidaré nunca esas acogedoras y sencillas gentes de la Sierra del Segura, y sobre todo que allí vino a la vida mi primer hijo) no había vuelto a trabajar de forma continuada en un consultorio rural en el que sólo yo fuera el médico del pueblo. Superados ya los cuatro meses en mi nuevo destino he vuelto a disfrutar de sentimientos "olvidados" en Centros de Salud de mayor tamaño. He vuelto a mirar los hechos cotidianos de la Medicina de Familia, buenos y menos buenos, desde una perspectiva en la que vuelvo a ver lo positivo hasta en la "dureza" de ver a una madre octogenaria acompañar los últimos momentos de su hijo en ...